A la hora de emprender es una reflexión a la que nos solemos enfrentar. Fruto del propio proceso del emprendimiento y de la tensión que genera, es muy frecuente que lo que empieza siendo una aventura ilusionante y retadora comience a generarnos ciertos vértigos, aparezca el miedo al ‘abismo’, a la ‘soledad’ y nos haga replantearnos nuestra apuesta inicial.

Aunque siempre es complicado generalizar, sí podemos hablar de dos preguntas que nos debemos hacer y que nos ayudarán a tomar la decisión más acertada:

 

  • ¿Somos fuertes en los factores clave del negocio?La pregunta es muy amplia y corremos el riesgo de que nos desborde, pero debemos ir a la base. Por ejemplo, si nosotros queremos desarrollar un negocio on-line y desconocemos el funcionamiento del medio lo más recomendable es que busquemos un Socio que nos complemente. Ponernos en situación y ver cómo de capaces somos de convertir en realidad nuestro proyecto nos ayuda reflexionar sobre la necesidad de un apoyo que nos complemente.
  • Poner en marcha el proyecto, ¿es asumible para nosotros?En muchas ocasiones, no disponemos del capital suficiente para poder poner en marcha el proyecto y es necesario buscarlo. Debemos tener en cuenta que para construir un proyecto sólido la financiación debe ser adecuada y equilibrada con recursos propios (nuestros o de socios) y ajenos (entidades financieras).

Si las respuestas a las cuestiones anteriores es NO, es recomendable buscar un compañero para el camino. Y, llegados a este punto, merece la pena decir que la clave de las relaciones entre socios estables y duraderas es que sean RELACIONES DE CONFIANZA, TRANSPARENTES, DE BUENA FE y con LOS MISMOS INTERESES.

Si por el contrario la respuesta a las preguntas anteriores es SI, mi recomendación es afrontar la aventura en solitario. Si no te sientes muy convencido, te recomiendo que leas El libro negro del Emprendedor, de Xavier Trias de Bes.  Te ayudará en tus reflexiones.