A lo largo de mi experiencia profesional en las pymes españolas he podido constatar que existen una serie de características generalizadas y compartidas en todas ellas, que se podrían definir como el ADN de la pequeña y mediana empresa española:

  1. A pesar del gran complejo que tenemos,las empresas españolas somos grandes expertas en el producto o servicio que ofrecemos. Conocemos a la perfección el proceso de prestación del servicio o desarrollo del producto, dominamos las tecnologías que es  necesario aplicar, cuales son los criterios que las hacen más o menos adecuadas y todos los elementos claves en la generación de valor del producto/servicio. En otras palabras, tenemos un control total sobre el producto o servicio que ofrecemos.
  2. No nos gusta planificar, cuántas veces hemos oído la frase ‘no sé qué voy a hacer mañana, cómo para saber qué voy a hacer dentro de tres meses’. Pues, queridos amigos, no estaría mal que reflexionases sobre ello!!! Con este comportamiento anulamos toda posibilidad de que la empresa tenga una visión clara sobre cuáles son sus objetivos y que tiene que hacer para alcanzarlos. Por lo tanto, seguro que no estamos sacando todo el partido que podemos a las capacidades de nuestra empresa.
  3. No comunicamos. Al no existir una planificación formal, no tenemos la sensación de que haya nada que comunicar. Seguro que no es la primera vez que escucháis una frase similar a ésta: ‘aquí todo el mundo sabe perfectamente lo que tiene que hacer’ ¿De verdad creeis que es así?  En base a mi experiencia os digo que son muchas las empresas en la que no están claros los principios básicos de actuación. Este es uno de los mayores problemas de las empresas, que se incrementa exponencialmente con el crecimiento de éstas, convirtiendo a empresas punteras y competitivas en empresas desordenadas e ineficaces.
  4. No nos gusta el feedback. No recibimos con buenos ojos los comentarios o las preguntas sencillas sobre nuestros trabajos, nos sentimos cuestionados y automáticamente nos ponemos a la defensiva. He perdido la cuenta de las veces que ante una pregunta que he formulado, simplemente por desconocimiento, la respuesta ha sido, ‘esto se hace así porque siempre se ha hecho así’…. Bonita respuesta, sí Sr. y con eso nos quedamos más anchos que largos, eso sí, espíritu de mejora lo justito, más bien tirando a poco.
  5. No nos gustan las herramientas de gestión. Tenemos alergia a las herramientas de gestión, no las entendemos y no nos gustan, llevamos la contabilidad por obligación pero no aprovechamos su potencial. Estamos certificados en normas de calidad porque nos lo exigen nuestros clientes, pero no interiorizamos los procesos, ni las formas de hacer y así con un sin fin más de herramientas que podríamos tener a nuestro alcance y que nos podrían hacer la vida más sencilla. Esta situación se repite con todas y cada una de las herramientas de gestión que tenemos a nuestro alcance. Las cumplimentamos porque nos obligan, pero no las utilizamos para sacar su auténtico y verdadero potencial, por tanto se convierten en una gran pérdida de tiempo y recursos a la vez que nosotros desperdiciamos la oportunidad de tener una empresa mucho más organizada, eficiente y eficaz.

Es curioso porque tenemos lo más complicado de adquirir, el expertise necesario para triunfar en lo que hacemos y sin embargo con las carencias mostradas en el resto de los puntos, todas ellas vinculadas a las tareas de gestión hacemos a nuestras empresas perder competitividad.