Independientemente de nuestras expectativas para este año, 2020 está siendo un año muy diferente a cómo lo habíamos planteado. Está poniendo a prueba nuestra capacidad de resistencia, de adaptación y también de nuestra motivación.

Está siendo una época convulsa, en la que conviven el menor nivel de actividad que hemos visto jamás, con el mayor desgaste psicológico y emocional que podemos recordar.

Es uno de esos momentos, en lo que lo único que se mantiene constante es el cambio. En el que no queda más remedio que reinventarse y adaptarse a las nuevas condiciones. La realidad es la que es y deja poco lugar a la interpretación, pero la actitud con la que la afrontamos es nuestra elección.

He aprovechado los días de descanso estival para reflexionar sobre lo que hemos vivido. Y también para decidir cómo quiero vivir la segunda parte del año, con qué actitud la voy a afrontar. Os comparto mis conclusiones:

  1. Gratitud Inmensa: Me siento tremendamente afortunada, porque tengo salud, porque me encuentro bien personalmente y profesionalmente. Y, porque creo que sólo desde una óptica de valorar cuán privilegiados somos, podemos seguir esforzándonos para seguir construyendo y creando valor.
  2. Alta Dosis de Energía: A pesar de la ‘calma chicha’ y del entorno enrarecido en el que estamos, son momentos en los que hay mucho movimiento y también oportunidades. Pero si no tenemos la energía correcta, la disposición de construir y de seguir remando, no las vamos a ver. Tenemos que estar despiertos, atentos y motivados, porque son los momentos más complicados, aquellos que nos ofrecen la mejores oportunidades y el mayor crecimiento.
  3. Acción y Determinación: En los últimos meses, además de la crisis sanitaria que hemos sufrido, se han destruido puestos de trabajo, riqueza y bienestar en nuestra Sociedad. No es momento de ‘esperar’ a ver qué pasa. Es momento de acción, de arrimar el hombro en todo lo que podamos para recuperar lo perdido y porque no, para avanzar como Sociedad y generar mayor riqueza en el futuro.

Es momento de construir y de empujar y para eso hace falta acción, enfocada, concentrada y dirigida. Con un fin muy claro, el de salir fortalecidos de una situación tan complicada como la que estamos viviendo. Yo he decidido que no voy a dejar que el miedo y la ‘inactividad generalizada’ me condicionen y paralicen. Voy a seguir enfocada en mi día a día, lanzando nuevos proyectos, esforzándome en construir futuro. En resumen, voy a seguir aportando mi granito de arena para que esta Sociedad sea mejor y tú, ¿con qué actitud vas a afrontar esta parte del año?