Seguro que podéis contar por cientos, o al menos por decenas, las veces que habréis oído la frase que dice: «de los errores / problemas se aprende». O una muy parecida «las situaciones de crisis son las de mayor crecimiento» y otras frases con similar significado.
Sinceramente, suscribo totalmente todas esas frases pero, con un matiz muy importante. Para que realmente se produzca ese crecimiento, es IMPRESCINDIBLE hacer una lectura acertada y sin distorsiones de las causas del problema.
Existen multitud de herramientas de gestión que nos ayudan a realizar diagnósticos acertados: los 5 porqués, diagrama de Ishikawa, etc Pero todas estas herramientas si no se usan con verdad, no sirven de nada.
Hace poco, tuvimos un problema cotidiano en una de las empresas con las que colaboro. Cuando hablamos con el equipo comprobamos que habían utilizado una de estas herramientas. Habían llegado a la conclusión que los orígenes del problema estaban todos en elementos externos a ellos, por tanto no podían hacer nada para avanzar.
Ante esta situación, volvimos a hacer el ejercicio, con verdad, con autocrítica y con el objetivo de evitar que un problema similar se volviera a repetir. El resultado fue muy distinto, terminamos concluyendo, que si una serie de personas del equipo se hubieran anticipado y hubieran verificado su trabajo, no hubiese tenido lugar la incidencia.
Desde luego, una síntesis muy diferente y por tanto un aprendizaje totalmente diferente. Pero para ello es necesario estar dispuesto a hacer autocrítica y realizar dichos análisis desde una óptica de mejora. Es decir, con el foco de cambio puesto en uno mismo, haciéndonos permanentemente la siguiente pregunta, ¿QUE DEBO HACER YO PARA EVITAR QUE ESTE PROBLEMA SE REPITA?
Estoy convencida de que sólo con una actitud proactiva, consciente y de mejora, conseguiremos aprender de los problemas. Por este motivo me gustaría que aprovechásemos esta época del año para reflexionar con nosotros mismos y preguntarnos: » y yo, cómo analizo los problemas?»