Hoy es uno de esos días en los que de nuevo tenemos que volver a empezar.
Queremos lanzar un proyecto que requiere de la colaboración de varias empresas. Así que llevamos tiempo trabajando en ello, técnicamente creemos que hemos hecho un buen planteamiento.
Hemos analizado y estudiado en detalle las características de nuestro proyecto. Hemos buscado en el mercado proyectos que encajen con nuestro planteamiento. Proyectos que realmente produjeran SINERGIAS y que al aunarlos, el resultado fuese exponencialmente mayor que por separado.
Después del trabajo de análisis, vino el trabajo de campo. Hablar, presentar, despertar interés y tras duras e intensas sesiones de trabajo, hemos llegado a un punto muerto. No hemos conseguido nuestro objetivo. Bien porque nuestro enfoque no era el acertado, bien porque las empresas a las que nos dirigimos no eran las correctas. La situación es que hoy, como hace casi un año, estamos en la línea de partida, con un folio en blanco para re-escribir nuestro proyecto.
Seguimos firmemente convencidos de que es un gran proyecto, con un buen futuro y que creará riqueza y rentabilidad de forma sostenible. Por eso, vamos a reflexionar sobre los cambios que debemos hacer, para alcanzar el éxito que deseamos y vamos a volver de nuevo a la acción.
Pero quería compartir en el blog este momento del proyecto, porque es fácil hablar sobre la teoría, ilusionarnos con nuestras metas y expectativas. Pero cuando uno recibe un revés, todas estas buenas sensaciones tiemblan y aparece la frustración, la rabia, las dudas y un sinfín de no muy buenos compañeros con los que hay que lidiar.
No es fácil y requiere un proceso de reflexión profundo, pero si queremos alcanzar nuestras metas, no nos queda otra que sobreponernos a estas situaciones que nos vamos a encontrar, hacer una lectura adecuada de lo que el entorno nos dice y como consecuencia de lo anterior re-enfocar nuestras próximas acciones. El re-inicio no está siendo fácil, pero vamos a poner toda nuestra energía en darle la vuelta, en trabajar para alcanzar el éxito que deseamos, en definitiva en volver a empezar.