Unido a la situación generalizada del mercado, la caída de los márgenes, el bajo nivel de consumo que existe, las tensiones de financiación, las empresas aún tienen que jugar con otro elemento más que amenaza su sostenibilidad: LOS IMPAGOS
Por desgracia son muy pocas las empresas que pueden decir que no cuentan con ningún impagado en su haber y en los últimos años esta situación se ha ido agudizando más. Hace pocos meses nos llamaron para ayudar a una empresa que estaba en una situación límite, debido al nivel de morosidad que tenía. Lamentablemente ya era demasiado tarde y no pudimos hacer nada.
Recientemente he visto como en uno de mis clientes el indice de morosidad se ha disparado y ha puesto a la empresa en serios apuros. En esta ocasión, las actuaciones rápidas y determinantes que se están llevando a cabo están reconduciendo la situación con mucho esfuerzo y no sin gran dificultad.
En base a mi experiencia os puedo decir que una vez que el impago se ha producido la vía de la negociación es la menos mala para conseguir cobrar. Sin embargo, es muy dificil negociar cuando la empresa con la que lo estás haciendo se declara insolvente.
Por eso la única clave y garantía de minimizar el riesgo con los impagos es unaDETECCIÓN ÁGIL de los mismos y una GESTIÓN INMEDIATA. En muchas ocasiones, una vez la empresa es consciente del impago no actúa con celeridad y sigue apostando por su cliente, no sabiendo cuando es el momento de ‘cortar el grifo’ y dejando que la deuda se vaya incrementando.
En base a mi experiencia os puedo decir, que cuando una empresa empieza a impagar de forma frecuente, lo más habitual es que no salga airosa de dicha situación, por lo que interesa hacer la presión necesaria, lo más rápidamente posible para poder cobrar.
Las empresas que no pueden hacer frente a todos sus pagos generalmente priorizan de la siguiente forma: trabajadores, seguridad social y proveedores. Dentro de éste último grupo, cobrarán antes los más claves en su proceso de negocio y los que más presionan.
Así pues, mi recomendación es que una vez nos encontremos ante un impagado, automáticamente cortemos la vía de suministro y comencemos las gestiones para cobrar la deuda, bajo ningún concepto debemos dejarla incrementarse. Puesto que si no podemos cobrar 100, muy difícilmente podremos cobrar 200.